Hemos perdido la tierra
y el mar
cabalgando levemente
sin rumbo.
Hemos perdido las ganas
y el amor
paseando por encima
de las olas.
Hemos perdido, cariño,
todo.
Y es que no me arrepiento
de la gente que conocí,
no me arrepiento de la gente
que no conocí bien
ni de la que no conoceré nunca.
No me arrepiento de ver el mar
vacío
incoloro
homogéneo
translúcido
reacio a no hacerme reaccionar de manera cruel.
No me arrepiento del mundo
ni de mí.
Me arrepiento de no verme
en la arena,
de no estar delante del mar,
de perderme,
de no encontrarme,
de confundirme
de no estar ni tan siquiera
un poco lleno
como lo estaría el mar
si lo encontrásemos.
Porque hemos perdido
el océano, amor,
y lamentablemente
también te hemos perdido
a ti con él.
viernes, 30 de diciembre de 2016
Hemos perdido el océano, amor
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