miércoles, 30 de abril de 2014

Solo soy un puto triste silencio.

Hoy me dijeron que sufro en silencio. ¿¡Te lo puedes creer?! ¡Menuda tontería!  No sufro en silencio, ¡soy un puto triste silencio! ¿Por qué nadie lo entiende?  Que soy ese silencio cuando escuchas mi nombre. Y al igual luego sonríes, se te escapa una lágrima o una carcajada. O todo a la vez, porque a lo mejor sabes que no puedo más y esto va a acabar pronto. Y es que me estoy ahogando en mi propia vida. Y cuando uno se ahoga no le salen las palabras. Así que me estoy gastando, me estoy hundiendo. Me estoy ahogando en mi propio aire, en mis propias lágrimas, en mi propia vida. Agradecería que no me vieses así. No de esta manera. Que no me vea nadie. Maldita sea, cónfundeme con otra persona, sólo soy un puto triste silencio.

martes, 29 de abril de 2014

Ahogos.

La vida para mí siempre solía ser como un vaso de cristal lleno de agua. Yo era el agua dentro del vaso. Las adversidades y el destino, la persona patosa e indecisa que lo llevaba.  Recuerdo que normalmente perdía partes de mí cuando esa persona se tambaleaba, pero nunca se tomaba la molestia de beberme. No sé, al final acabé deseando derramarme del todo y que el vaso de cristal cayese. O que alguien me consumiera por completo. Pero no llegaba esa persona, (siempre pensaba que era porque yo no tenía nada especial) y el vaso cada vez se me hacía más grande, porque nadie se tomaba la molestia de recomponerme.

El amor es bueno para todo.

El amor es bueno
para escribir,
para pensarte mientras llueve,
para sonreír mientras me tomo un café,
y para torturarme por tu ausencia.

El amor es bueno
para todo,
para perder la cabeza
y hasta los pies.

El amor es bueno
para todo,
menos para amar.