El mundo se mueve
pero estoy atrapado.
Y giro, y también me muevo
y vuelvo a girar
pero ni adelante
ni hacia atrás
y qué más te voy a decir
si me mareo
y no quiero seguir moviéndome.
El mundo se mueve
pero estoy atrapado.
Estoy atrapado
en qué pasaría si
hiciese algo que realmente
me diese miedo.
Miedo.
Si me tirase al agua sin más,
realmente sin esperar nada.
Si llorase delante de todo el mundo
realmente sin esperar nada.
Si hiciese las cosas sin esperar nada
si escribiese sin esperar estar mejor.
Estoy atrapado en un cuerpo
que no quiere moverse
porque no quiero que se mueva
pero a la vez sí.
Pero a la vez no se mueve
y se mueve.
Estoy en esa silla giratoria
que da vueltas y vueltas
porque alguien le ha dado muy fuerte
y no miento cuando digo
que quiero que el mar me engulla.
Pero sigo dándole vueltas.
Y sigue dando vueltas.
Me gustaría decir
que hay un plan:
que al lado de la silla
hay realmente alguien,
que abriendo la puerta
me espera una botella de vodka.
O algo así.
Pero no es verdad.
Me siento demasiado lejos.
Porque me muevo
demasiado rápido,
demasiado lejos.
O eres tú
y además tú
y tú
y tú
quienes avanzáis
y yo sigo aquí,
en el mismo lugar,
de la misma manera,
de la misma forma.
Sigo queriendo que venga una ola y me lleve lejos.
Deja que ponga el pie en el suelo
antes de que sea demasiado tarde.
Ya no pido que sigas aquí
para cuando pase.
Ni que detengas la silla
Ni que me dejes una botella de vodka
ni café frío,
ni té
ni me esperes en la repisa
ni tampoco que me abras la ventana.
Solo te pido que me dejes bajar antes de tiempo y que no te sorprenda.
No preguntes,
no te asombres.
El mundo se mueve
y estoy atrapado
y solo quiero que por una vez cuando ponga el pie en el suelo no sea demasiado tarde.