en el parque,
en la terraza,
en la cocina,
en el portal.
Llorando solo
en la plaza,
por la mañana,
por la tarde,
por la noche.
Demasiado vacío.
Escucha, el océano es una metáfora y me ahogo con él
y sin él.
Me encantaría sentir algo más,
algo más que los ahogos,
algo más que esa falta.
Me encantaría sentir.
Me encantaría.
Pero no es como si no lo hubiese reiterado lo suficiente.
No puedo evitar llorar.
Podría seguir diciendo que esto pretendía ser un poema donde no llorase
(solo,
de nuevo)
Y es que no voy a decir esta vez
que estoy borracho
- porque no lo estoy -
pero una realidad es que me he quedado sin recursos
para ejemplificar mis sentimientos
de manera discreta.
Lo de la silla estaba bien,
lo del océano estaba bien,
lo de la ola estaba bien.
Pero no estoy bien.
Demasiado vacío
pero de vida.
Ojalá pudiese cambiar lo immutable.