domingo, 6 de octubre de 2019

tengo la sensación de que nunca nada es demasiado

Tengo la sensación de que nunca nada es demasiado,
y las cosas vibran
y yo tiemblo
y todo va rápido

¿La vida también va
de aliteraciones,
de cosas que pasan
rápido,
de repeticiones
de cosas que ocurren
sin sentido?

Pero las cosas vibran
y yo tiemblo
y me muevo
en este impás

Y sucedo
y me muevo

Y me repito
y me reitero

Pero lo intento.

Me siento desde hace tiempo
en la orilla
adentrándome
porque lo intento

No me caigo,
aún,
porque quiero
entrar.

Y lo intento
y me muevo
y me adentro.

Siento a veces
los recuerdos 
de las cosas que no dije.

Y a veces tengo la sensación
de que nada es demasiado.

De que siempre estarás guapo
con esa camisa
y de que me impulsaré a hacer cosas
que después me darán miedo.
De que recordaré de vez en cuando
lo feliz que pensé que estaba
aunque realmente no lo recuerde

Pero corro,
porque siempre estoy corriendo.

Pero me muevo,
porque siempre me estoy moviendo

aunque a veces pare mucho para recuperarme
y volver a hacer lo mismo.

De que te y os recordaré siempre
por las cosas que aprendí
aunque esté lejos
o aunque sepa que lo estaré
pronto.

Ojalá supiera
si vendrás a Uganda
ojalá aprendiéramos suahili
y conociéramos el mundo.

En aquel momento
pensé en correr.

Y correría contigo,
a tu lado

Ojalá supiera
de verdad
si algún día algo será suficiente
si no querré más
de algo que puede ser más.

Más,
más,
más,
estoy casi lejos,
siempre.

El Congo, Mozambique, Tanzania, Kenia
y hasta
las Islas Caimán
Tokyo,
Shibuya,
y bailar capoeira
contigo
y aprender 
árabe
y cuántas
constelaciones
más nos caben
en nuestras ilusiones

Saber de cuántas ilusiones
estamos hechos
y cuántas noches
frías
sentiremos que nos darán vida
y cuántas
sensaciones
averiguaremos
que nos caben

Sentir
la vida
cayéndonos
encima
de felicidad.

E ir a Las Vegas
o casarnos
en California.