Carl entra a una una habitación y abre sus dos puertas correderas, extendiendo sus brazos al abrir, abriendo su pecho, entregándolo a la sensación de la habitación contigua, inaugurando un sentimiento pleno. Casi es el más maravilloso de los momentos.
La sensación se interrumpe a bofetada de sus plataformas contra el mármol. El baile de cosquillas cesa a sonido envolvente, familiar, con regusto metálico:
- Buenos Días, Carl. En base a las últimas canciones que te pusimos que te gustaron, hoy es turno de de otro ejercicio: Esta vez, te iremos poniendo sonidos en distintas series y nos tendrás que decir cuáles te gustan más, y por qué. Cada vez serán más largos, hasta que encontremos los datos que estamos buscando. Una vez la tengamos te avisaremos, y a partir de este punto te preguntaremos si estás seguro que prefieres continuar. Una vez nos des el consentimiento, procederemos a reproducirla. Como ves, este es el último paso. ¿Tienes alguna pregunta?
El movimiento de los pies de Carl inaugura la decisión. Sus músculos corren hacia su movimiento sin correr, palpitando. Demostrando que no hay ninguna manera de volver atrás, salvo de seguir palpitando. La velocidad del movimiento se ve, no deja chasquidos de amarillo, al contrario: deja rastros, inunda de armonía, de plenitud: La seguridad de Carl deja claro que, en todos los sentidos, sabe y quiere abrirse a un nuevo mundo en el que sentirse pleno. En el que la maravillosidad abunde, y la vibraciones no cesen. Que vivir sea un baile de infinitas explosiones momentáneas.
This sounds like music? huh?